Ser tatuador es una forma de vida más que un trabajo. Todos sabemos que hoy en día cada vez más gente tiene un tatuaje. Y, sin embargo, no valoramos como se merece el esfuerzo que supone para el grabador. El tatuador es el encargado de crear un diseño que la persona tatuada llevará, de por vida, en su piel. La persona que se encarga de marcarte para siempre la piel es, probablemente, alguien desconocido. Así, es interesante pararse a pensar en qué motivación tiene para ejercer su profesión. ¿Quieres convertirte en uno de ellos? Pues toma nota.

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Cómo ser tatuador y no morir en el intento

Si quieres empezar a tatuar hasta convertirte en tatuador profesional, toma nota de nuestros consejos:

Practica

Efectivamente, es una profesión con una responsabilidad muy grande. Aunque el diseño suele ser escogido por el cliente, el diseñador puede y debe aportar ideas. Ya sea siguiendo las directrices que el cliente marca o dejándose llevar, él crea. Por esta razón, es importante tener claro que quieres dedicarte a esta profesión. Una vez empiezas a tatuar, tienes que continuar el dibujo. Para poder comprobar tus habilidades como tatuador, tendrás que practicar mucho. No empezarás haciendo grandes diseños. Mejorar tu potencial requiere tiempo. Por esta razón, debes reflexionar mucho antes de empezar a invertir tu tiempo en trabajar con tatuajes.

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Invierte tiempo

La cuestión del tiempo de trabajo es otro punto clave para los que quieren ser tatuadores. El grabador cobra por tatuaje. Algo así como cobrar por un proyecto. Sin embargo, detrás de ese momento en el que se hace el dibujo al cliente, hay muchas horas de trabajo. No solo de preparación del material y de formación, sino de dedicación al diseño concreto que se va a realizar. Cada diseño que se tatúe contará con unas características diferentes. Esto quiere decir que cada dibujo precisa un estudio concreto y detallado. Por eso, necesita un boceto previo, creaciones y todo lo que requiera el diseño. De esta manera, el resultado, cuando llegue a la piel del cliente, será el deseado.

Sé constante

En este sentido, ser constante es esencial. Hay que trabajar mucho, sabiendo que cuanto más trabajes, mejor quedará el resultado. Pero siendo muy conscientes de que por más que trabajes, el precio del tatuaje seguirá siendo el mismo. Cuanta más técnica y práctica tengas, menos tiempo necesitarás para preparar cada dibujo. Aun así, siempre superará al tiempo de grabación sobre la piel. Al principio, todo tatuador necesita mucho práctica. Poco a poco, como en todas las profesiones, uno se va adaptando y mejorando. Pero hay que tener paciencia porque es un proceso lento.

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Cómo ser tatuador escalando metas

Nunca se debe conformar uno con sus éxitos, sino intentar mejorar de manera continua. Aunque tengas que dedicar mucho tiempo a tatuajes que no te gustan, hazlo. Solo de esta manera vas a conseguir mejorar. También solo de esta manera vas a poder dejar a los clientes contentos, para que vuelvan o te recomienden. Todo el trabajo que puedas hacer para mejorar y perfeccionar tu técnica de grabación sobre piel será bienvenido.

La vida laboral de un tatuador acostumbra a ser muy apasionada por la naturaleza de su ocupación. Normalmente, no solo se limita a un horario laboral, sino que abarca las horas que se pasan fuera del estudio. Los tatuadores suelen también diseñar los posibles dibujos en su tiempo libre. Esta es una buena filosofía de vida para disfrutar de lo que a uno le da de comer. Sin embargo, es peligroso centrarse en diseñar y tatuar modelos que no gustan, que suele ser lo que sucede. Por lo tanto, una buena manera es centrarse en que sirven para mejorar tu técnica, en lugar de en la estética que tengan. No todas las estéticas se adaptarán a tus gustos, pero todas ayudarán a que mejores y seas mejor tatuador.

Tienes que tener claro desde el primer momento que ser tatuador no significa grabar cosas que a uno le gustan. Es decir, la mayor parte del tiempo vas a estar ensayando dibujos que no te convencen estéticamente. Los clientes pedirán diseños que no te gustan y tú tendrás que trabajarlos antes de tatuárselos y mientras se los tatúas. La responsabilidad es la misma y tú debes centrarte en el trabajo. Tienes que hacerlo bien y tiene que quedar como el cliente desea. No todos tenemos los mismos gustos. No siempre tendrás que tatuar dibujos que te gustan, sino lo que te piden los clientes.

Cómo triunfar siendo tatuador

Por esta razón, una de las cosas más importantes para triunfar como tatuador es tener en cuenta que todos los clientes deben ser tratados por igual. En este sentido, es muy importante que nunca pierdas de vista que el principal objetivo: que ellos salgan contentos. Ellos acuden al grabador con una idea previa. Ya saben lo que se quieren tatuar. Por eso, tu trabajo va a ser tatuárselo y explicarles en todo momento qué deben hacer para cuidar la zona tatuada. Así, conseguirán que el tatuaje que desean esté sano y en buenas condiciones.

Que un cliente acabe contento con el resultado depende muchas veces de esto. Si una zona que ha sido grabada con tinta se infecta porque el cliente no lo curó, no hablará bien del tatuador. Sin embargo, un profesional que insista mucho en los cuidados tendrá mejores resultados a lo hora de que sus clientes le hagan caso. Así, volverán ellos y sus amigos. A fin de cuentas, ser tatuador es un trabajo, además de una pasión por la tinta y el dibujo.