Un personaje redondo es un personaje complejo. Tiene contradicciones, deseos, defectos y virtudes que lo convierten casi en una persona real. Para crearlo, el escritor debe dedicar una gran parte del tiempo a meterse en su mente, a comprender cómo piensa y por qué se comporta como lo hace. Evidentemente, lograr el equilibrio perfecto para conseguir un personaje redondo es una tarea complicada, pero no imposible: esto es lo que tienes que saber para empezar a perfilar un personaje complejo e interesante, ¡toma nota!

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¿Qué es un personaje redondo?

Un personaje redondo es aquel que tiene un desarrollo a lo largo de la historia, al que le añadimos profundidad. Deben ser complejos y huir de las ideas y arquetipos simples. El objetivo es crear un protagonista con sueños, deseos, cualidades y contradicciones que le conviertan en alguien con quien es fácil identificarse.

Algunos ejemplos de personajes redondos son Hannibal Lecter en El silencio de los corderos, Mr Darcy de Orgullo y Prejuicio, Emma Bovary de Madamme Bovary o Buffy Summers de Buffy, la cazavampiros. Estos personajes carismáticos consiguen capturar al espectador o lector y también muestran sus debilidades y defectos, convirtiéndoles, como aquel que dice, en personas reales.

Un buen personaje es lo que nos mantiene enganchados a una historia, y por ello es tan importante dedicar tiempo a crearlo. Cuando nos identificamos con un personaje entramos de lleno en la trama. Comprendemos cuáles son sus conflictos y nos vinculamos emocionalmente con ellos, deseando que lo consigan, comprendiendo cuáles son las motivaciones que tienen detrás y simpatizando con sus intenciones.

Diferencia entre personajes redondos y planos

La principal diferencia entre personajes redondos y planos es la complejidad y profundidad de su caracterización. Los personajes planos tienden a ser simplificados, representando solo un aspecto de su personalidad o una función específica de la historia. Por ejemplo, los personajes secundarios suelen ser planos: su función es indicar el camino al personaje principal, engañarle para que veamos cómo se las arregla el protagonista, tratar de seducirle, etc.

Por otro lado, los personajes redondos tienen múltiples capas, con motivaciones contradictorias, deseos ocultos y cambios significativos a lo largo de la narrativa. Un ejemplo de personaje redondo sería Hamlet de Shakespeare: un humano complejo con dudas, conflictos internos y un arco de transformación que lo lleva a enfrentarse consigo mismo y con su entorno.

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¿Cómo escribir un personaje redondo?

Escribir un personaje redondo requiere tiempo, dedicación y un gran entendimiento de la psicología humana. Para crearlo, podemos seguir una serie de pasos que nos ayudarán a perfilar a nuestro protagonista. Veamos cuáles son los pasos para escribir un personaje redondo:

Profundidad psicológica

Sumérgete en la mente de tu personaje. Intenta conocer cuáles son sus miedos más profundos, qué es lo que le motiva en la vida, qué conflictos internos enfrenta o si es consciente de ellos. Cuanto más complejas sean sus motivaciones y emociones, más redondo será el personaje. Una buena manera para conocerlo en esta primera fase es tener una imagen o una fotografía que nos permita inspirarnos: mirarle directamente y preguntarse qué haría antes unas u otras situaciones.

Arco de transformación

Todos los grandes personajes atraviesan algún tipo de cambio a lo largo de la historia. Este puede ser positivo o negativo, pero lo que importa es que sea significativo y creíble. Para trazar este viaje de nuestro protagonista, pensaremos en cómo crecerá nuestro personaje, qué aprenderá y cómo se enfrentará a sus propios demonios según avanza la trama.

Contradicciones y ambigüedad

La vida real está llena de contradicciones y ambigüedades, y tus personajes deberían reflejar esto. Tal vez tu héroe tenga un lado oscuro que lucha por ocultar, o tu villano despiadado tenga momento de compasión inesperada. Estas contradicciones hacen que los personajes sean más humanos y fascinantes, además de permitir que se empatice con ellos. Nadie es completamente buen o completamente malo: si presentamos a nuestro personaje como un héroe impecable, sin duda es porque tiene que esconder algo muy oscuro… Y tu tarea es descubrir qué.

Contexto y entorno

El contexto, entorno e historia personales moldean a un personaje. Debes tener en cuenta la cultura, la época y las experiencias pasadas cuando te pongas a escribir. Estos detalles agregan profundidad y autenticidad a su caracterización, además de conferirles un pasado que permite comprender mejor por qué actúan como lo hacen en la actualidad.

Diálogo y personaje redondo

Las palabras y acciones de un personaje son una ventana a su alma. Utiliza el diálogo y sus actos para revelar de forma gradual las motivaciones y el carácter del protagonista. Cada persona y cada elección debería decirnos algo importante acerca de quiénes son y qué desean. Además, ¿cómo se expresa? Considera el hecho de que no todas las personas hablan de la misma manera. Hay quienes utilizan términos más sencillos, muchos anglicismos y frases complejas, mientras que otros prefieren guardar silencio tanto como puedan.

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