El food styling, o estilismo culinario, es mucho más que hacer que los platos se vean bonitos. Es un arte visual que mezcla creatividad, conocimiento gastronómico y un ojo entrenado para los detalles. Si te apasiona la cocina, la fotografía o el diseño, este mundo te puede encantar. A continuación, exploraremos sus orígenes, influencias culturales, el papel del estilista culinario y los principios básicos de esta disciplina.
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Índice de contenidos
Orígenes y evolución del food styling
Aunque el concepto moderno de food styling es relativamente reciente, sus raíces se remontan a la historia del arte. Desde los banquetes representados en pinturas renacentistas hasta los bodegones flamencos, la comida siempre ha tenido un papel estético en la cultura visual.
Con la llegada de la fotografía y, más tarde, del marketing gastronómico, el estilismo culinario se profesionalizó. En los años 50 y 60, las primeras revistas de cocina ya contaban con estilistas que hacían que los platos lucieran irresistibles. Hoy, con el auge de las redes sociales como Instagram y Pinterest, el food styling se ha convertido en una herramienta imprescindible para chefs, marcas y creadores de contenido.
Influencias culturales en el estilismo culinario
El food styling no es igual en todas partes del mundo. La forma en que se presenta un plato está profundamente influenciada por la cultura, las tradiciones y hasta la estación del año.
Por ejemplo, en Japón se valora la armonía visual, el uso de elementos naturales y la presentación minimalista. En cambio, en la cultura mediterránea se apuesta por colores vibrantes, abundancia y una sensación de frescura y generosidad.
Entender estas diferencias es clave para cualquier estilista culinario que quiera comunicar eficazmente con su público.
La profesión del estilista culinario
Un estilista culinario es la persona encargada de preparar y presentar los alimentos para sesiones fotográficas, videos publicitarios, menús o redes sociales. Su objetivo es lograr que cada plato se vea apetitoso, fresco y, sobre todo, perfecto en cámara.
Para ello, no solo necesita habilidades culinarias, sino también conocimientos de fotografía, composición, iluminación y tendencias. Muchas veces, el estilista trabaja en conjunto con chefs, directores creativos y fotógrafos para lograr la imagen ideal.
En algunos casos, incluso se usan trucos como puré de papas para simular helado, o productos que imitan el vapor para dar la sensación de comida caliente. La clave está en lograr el equilibrio perfecto entre lo realista y lo visualmente atractivo.
Principios básicos del Food Styling
Los principios básicos del Food Styling existen porque buscan lograr un objetivo principal: hacer que los alimentos se vean irresistiblemente apetitosos y atractivos visualmente. Estos principios guían a los estilistas de comida para presentar los platillos de forma estética, ordenada y profesional, ya sea para fotografía, cine, publicidad o redes sociales.
Composición y balance visual
La composición es el alma del food styling. Un buen encuadre puede hacer que un plato simple se vea espectacular. Aquí entran en juego reglas como la “regla de los tercios”, la dirección de las líneas visuales y la jerarquía de elementos.
El balance visual se refiere a cómo distribuyes los elementos en la imagen para que el espectador sienta armonía. Un plato bien centrado, con props (utensilios, servilletas, etc.) que no distraigan, y con un foco claro de atención, será siempre más efectivo.
Selección de colores y texturas
Los colores tienen un impacto emocional inmediato. Tonos cálidos como el rojo o el naranja pueden evocar hambre y pasión, mientras que los fríos como el azul o el verde pueden transmitir frescura o limpieza.
Las texturas también son esenciales: un pan crujiente, una salsa suave, unas frutas jugosas… todo suma para crear una imagen rica y apetecible. El contraste entre superficies rugosas y lisas puede hacer que la composición cobre vida.