La gestión de crisis por el coronavirus es el reto más grande al que se ha enfrentado la sociedad desde el final de la II Guerra Mundial. Tal y como sucedió entonces, estamos refiriéndonos a un problema global que afecta a todos los niveles sociales y económicos. Estos días vemos cómo las instituciones y organismos se enfrentan cada día al problema. En las noticias aparecen cómo los técnicos sanitarios, los principales agentes activos en la gestión de esta crisis, adaptan su plan de acción a diario según se van desarrollando los acontecimientos, pues se trata de un escenario insólito y sin antecedentes. 

Lo mismo ocurre con los medios de comunicación, que se han visto obligados a adaptar programas, formatos y parrillas. En definitiva, se trata de una lección de gestión de crisis en toda regla. Un imperativo para la reorganización acelerada que como muchas otras empresas, se han visto obligados a afrontar para sobrevivir a la crisis del coronavirus. Por lo tanto, ¿cómo actúan los medios de comunicación ante una situación de crisis? Te lo explicamos en este artículo. 

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Los medios de comunicación en la gestión de crisis

Los medios de masas o mass media tienen una gran responsabilidad en nuestras sociedades, puesto que son las principales vías de información de la ciudadanía. En nuestro país contamos con un sistema de medios de comunicación en el que conviven los públicos y los privados. 

La importancia estratégica de los mass media a la hora de abordar una crisis como la que estamos sufriendo es de primer orden. Por eso, el cómo afrontarla va más allá de que coexistan la titularidad pública y privada. El plan de crisis no se puede dejar a la improvisación. 

Ante todo, debe prevalecer la libertad de información, expresión y prensa. La situación de crisis no es una excepción, al contrario. Hoy más que nunca los ciudadanos y ciudadanas necesitan fuentes fiables y contrastadas que les informen de la evolución de la pandemia. De modo que generar confianza es uno de los objetivos claves para los medios de comunicación. 

Por consiguiente, en ninguno de ellos se valora la posibilidad de tratar estos temas desde una postura frívola u oportunista. El interés general debe de estar por encima de los criterios de audiencia, sobre todo en un momento como este. 

¿Cómo se han adaptado los medios al estado de alarma?

Nos vamos a centrar en la televisión y la radio. Por sus características audiovisuales, emiten todos los días unos contenidos concretos. Como espectadores u oyentes, serán los medios que veamos con más cambios en su programación dado el estado de excepcionalidad actual.

En primer lugar, has de saber que, en el marco de las medidas implantadas por el estado de alarma, los medios de comunicación tienen la consideración de trabajos esenciales. En consecuencia, sus trabajadores, en el ejercicio de sus funciones, no les afectan las restricciones de libertad de movimientos, en la medida de los posible. 

Cambios en la programación

En efecto, los medios de comunicación se han visto forzados a realizar cambios en sus programaciones habituales. Numerosos espacios de su parrilla se siguen emitiendo, aunque con variaciones en su contenido. Otros han sido suspendidos sine die o hasta que finalice la crisis. 

Por otro lado, se ha ampliado el tiempo para los informativos y se ha reducido el número de directos. En su lugar, se incrementan las reemisiones de programas enlatados. Aparte, sus desconexiones, cuando hay que dar paso a una rueda de prensa del Gobierno, resultan menos controvertidas.

Los presentadores también se quedan en casa

El confinamiento general es la medida más destacada del actual estado de alarma. Por esta razón, en la línea de predicar con el ejemplo de quedarse en casa, los trabajadores de los medios de comunicación contribuyen difundir este mensaje de necesidad.

Esta misión puede resultar complicada, ya que el cometido de informar con el que cumplen requiere en ocasiones salir a la calle. ¿Cómo solucionan esta eventual controversia? A grandes rasgos, impulsando las fórmulas de teletrabajo.

Algunos presentadores y sus equipos de montaje y grabación siguen acudiendo a los estudios o realizando sus intervenciones a pie de calle. Pero la mayoría de sus colaboradores llevan a cabo sus apariciones desde casa. 

De esta manera, guardan la cuarentena y contribuyen a frenar el número de contagios. Un incremento general de éstos podría propiciar el colapso de nuestro sistema sanitario. La premisa, por tanto, es la de grabar los programas sin público y con los servicios mínimos.  

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La información oficial tiene prioridad

Como corresponde a una sociedad democrática y plural, no se renuncia a ofrecer opiniones diversas sobre cómo se está gestionando la crisis. No obstante, todos los medios coinciden en dar paso a las emisiones de información que facilita el Gobierno en cada una de sus apariciones. Pues en estos momentos, es la institución gubernamental la que, por su gestión del sistema sanitario cuenta con la información más fidedigna sobre los últimos datos reportados.

Un ejemplo: cuando los miembros del Gobierno o técnicos que cooperan durante esta coyuntura dan una rueda de prensa, lo habitual es que los mass media la emitan mediante señal única. Desmentir bulos y fake news también se ha convertido en una función primordial. 

Instrumentos de difusión: #QuedateEnCasa

Por otro lado, a estas alturas, todos compartimos el anhelo común de salir a la calle. Pero el riesgo al contagio y por lo tanto, el cobro de vidas humanas sigue siendo alto. Por ello, otra de las adaptaciones de los medios de comunicación a esta situación de excepcionalidad es utilizar su potencial altavoz como fenómeno de masas para contribuir en la proliferación del mensaje “Quédate en casa”. 

Los rostros más populares no se cansan de recordarnos que para minimizar los daños de la pandemia es imprescindible quedarse en casa. Incluso muchos canales de televisión han agregado una marca de agua en una de las esquinas de nuestros televisores para refrescarnos, en este sentido, la memoria. 

En cuanto a la línea editorial, los medios intentan combinar las noticias dolorosas, consecuencias del Covid-19, con mensajes de positividad. También se muestran los esfuerzos más abnegados para solucionar la crisis, como imágenes de altas, iniciativas solidarias, etc. 

La finalidad de este talante optimista de los medios de comunicación es reforzar la moral de resistencia de una población que sufre las penalidades de una emergencia sanitaria sin precedentes. Y que además, se ve obligada a un confinamiento al que no está acostumbrada.

En definitiva, la gestión de crisis por el coronavirus por parte de los medios de comunicación requiere poner la responsabilidad por encima de la audiencia.