Admirar y observar la belleza de las flores es un placer visual. En algunos países esta costumbre se ha convertido en todo un arte. Sobre todo en países asiáticos como China o Japón, donde rinden culto a las flores. Según sus creencias espirituales y filosóficas, la flor representa la fugacidad de la vida. De esta creencia nace su intento de preservar toda su belleza. Como resultado de ese amor por la belleza vegetal, en Japón se desarrolló el Ikebana, un tipo de arte floral que también se ha extendido por Occidente con el paso de los años. Si quieres saber más sobre este tipo de diseño floral, sigue leyendo.
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¿Qué es el Ikebana?
Si te preguntas por el significado de la palabra Ikebana, en japonés es “flor viva colocada”. Se refiere al arte que crea composiciones de arreglos forales. En Japón también se conoce como Kado, “el camino de las flores”. Un arte que posee sus propias reglas y simbolismos establecidos.
Es una composición con motivos decorativos que refleja lo efímero. Ikebana es un arte que trata de detener el tiempo representado el máximo momento de belleza. Por ello, en sus composiciones debes representar pasado, presente y futuro. Pero, al margen de su cualidad estética, posee un importante significado cultural. La alusión al tiempo y a los ciclos de la vida conecta el ikebana con la espiritualidad oriental y con la reflexión sobre el inexorable paso del tiempo.
Su elaboración también tiene algo de trascendental. Crear un arreglo floral te sumerge en un estado de concentración y armonía para extraer la esencia de la composición. Una experiencia que te conecta con el mundo de la meditación y el mindfulness.
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¿Qué materiales se utilizan para hacer Ikebana?
Los materiales que se usan en las composiciones son flores, hojas, hierbas, ramas, semillas, vegetales, frutas, piedras pulidas o agua. Estos elementos podrán ser naturales, artificiales o secos. En sus orígenes, solo se podían utilizar elementos autóctonos. Pero esta tradición se fue perdiendo cuando el Ikebana se introdujo en Occidente en la última década del siglo XIX.
Igual de importantes son las herramientas que se utilizan para crear las composiciones. Los tres elementos imprescindibles que debes tener en cuenta son:
- El kenzam: Es el soporte del arreglo. Una pieza básica que significa “montaña de espadas”. Está fabricada en plomo, es plana y en la base tiene pinchos de bronce para clavar las flores y ramas. Suele quedarse oculta al sumergirse en el agua del florero.
- Las tijeras: Suelen utilizarse unas tijeras de podar normales. Preferiblemente, de tamaño medio para que resulte cómodo manejarlas. Los expertos utilizan las tijeras hasami, unas tijeras especiales para podar flores y ramas del ikebana.
- El recipiente: Puede ser cualquier tipo de jarrón, copa, etc. Es importante que su forma, volumen y color armonicen con la composición floral.
Origen del Ikebana
Los primeros ikebanas en Japón los realizaban monjes budistas, alrededor del siglo VI, como ofrendas a Buda en sus templos. La leyenda cuenta que Buda Gautama se sintió tan conmovido por el estado de una rama rota de rosas que pidió que se introdujese en agua para alargar su vida. La preparación de los arreglos también servía a los mojes como herramienta de meditación y oración. Unos siglos después, en el siglo X, perderán parte de su componente religioso y se introducirán como decoración en las familias de clase alta.
Su uso se irá haciendo más popular para adornar festivales religiosos en los santuarios del país. La tradición se extenderá a otros países asiáticos como Corea o China. El arte floral irá instalándose en las casas de todo tipo. Ocupará un puesto de honor en los salones junto a una barra de incienso y una vela. El arreglo floral también se convirtió en motivo de competición. Monjes, artesanos y samuráis competían en concursos para crear la composición más bella.
Tipos de diseño floral Ikebana
Entre los distintos tipos de diseño floral Ikebana destacan los siguientes estilos:
Rikka, estilo clásico
Su origen es religioso, así que sus elementos se dirigen hacia el cielo. Representa un jardín. Debe seguir su orden natural y proporciones a escala. Los troncos en el centro, las ramas extendiéndose hacia los lados y las flores alrededor del tronco. Los materiales principales serán pino para el tronco, cedro y bambú.
Nageire, estilo naturalista
El fin de este estilo es lograr la belleza de la manera más natural. Es un estilo más sencillo y menos estricto. Las plantas no se cortan, se mantienen los tallos largos. Las ramas se pueden entrelazar y reposar sobre el borde del recipiente. La intención es reflejar la belleza con la menor intervención humana posible.
Moribana, estilo occidentalizado
En este estilo más moderno, se da gran importancia a la armonía de los colores, al follaje y a la composición de las flores.
Cómo hacer arte floral Ikebana
Las partes más importantes de la estructura de la composición son color, forma, textura y líneas. El color y la forma surgen de la naturaleza de los elementos escogidos. La textura viene establecida por la superficie de los materiales. Y las líneas se crean mediante el contorno de las ramas. La suma de estos detalles delimita la composición de este maravilloso arte floral.
En la elaboración se deben integrar los siguientes elementos:
- La composición debe representar el triángulo cielo-tierra-hombre.
- Debes buscar la armonía pero utilizando la asimetría con diferentes tamaños y grosores.
- Es preferible que incluyas una flor cerrada o un capullo.
- Escoge las flores del mismo día que creas la composición. A ser posible, de un lugar cercano a tu residencia.
Significado del arte floral Ikebana
El simbolismo de los elementos es muy importante. Los capullos abiertos de las flores, las vainas y las hojas secas representan el pasado. Las hojas verdes simbolizan el presente. Las rocas se representan con ramas de pino y el agua con crisantemos blancos.
Por otro lado, las composiciones con curvas muy marcadas se asocian a la primavera, mientras que las composiciones más amplias y suaves con el verano.