El arte del diseño floral trasciende la mera disposición de flores y follaje; es la manifestación de la creatividad en armonía con la naturaleza. En los siguientes apartados podrás conocer mejor en qué consiste y qué competencias debe reunir un verdadero florista profesional. ¡Una salida que puede brindar grandes éxitos si cuentas con la habilidad y la formación adecuada!

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¿Qué es el diseño floral?

El diseño floral es un arte que se enfoca en la creación y disposición estética de flores, follaje, ramas y otros elementos vegetales para crear arreglos florales. Va más allá de simplemente juntar flores; implica un proceso creativo que considera principios de diseño como color, textura, forma, tamaño y equilibrio para componer arreglos atractivos y significativos.

Por lo general, la fórmula de trabajo es la siguiente: una vez el creador inventa una composición se suele usar en repetidas ocasiones, alterando solo aquello que le solicite el cliente.

¿Qué se entiende por arte floral?

Aunque se confunde con el concepto anterior, no tiene relación alguna. El arte floral es la parte del trabajo que se centra en el diseño. La creatividad, la fantasía y la sorpresa son solo tres de sus múltiples factores. Cada creación tiene su propia personalidad y es la base de las composiciones que se convierten en realidad gracias al diseño floral.

Este arte abarca desde pequeños arreglos para ocasiones personales hasta elaboradas decoraciones para eventos, bodas, espacios comerciales o exposiciones. Los/as diseñadores/as florales crean composiciones que transmitan emociones, reflejen temáticas específicas o realcen la belleza de un lugar.

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¿Qué es un estilo floral?

Un estilo floral es una categorización o enfoque particular dentro del mundo del diseño floral. Este está compuesto por técnicas, formas, colores o conceptos que se aplican de manera coherente en los arreglos florales. Estos estilos suelen reflejar tendencias, épocas, culturas o preferencias estéticas específicas. Algunos ejemplos de estilos florales incluyen:

  • Clásico
  • Rústico o campestre
  • Minimalista
  • Tropical
  • Moderno o contemporáneo

Cada estilo floral tiene sus propias reglas, aunque también pueden fusionarse para crear arreglos únicos y personalizados. Estos estilos no solo definen la estética de los arreglos, sino que también transmiten sensaciones y significados particulares, adaptándose a diferentes ocasiones y gustos personales.

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Conceptos básicos del diseño floral

Cada composición creada debe tener en cuenta la belleza, la expresión y la armonía. Estos tres objetivos se logran aplicando los conceptos que desarrollamos a continuación.

  • Proporción. Constituye la clave del éxito. Ha de mantenerse entre las flores y el follaje. Igualmente, debe atender al entorno donde se ubicará. Por tanto, no debe haber excesos que rompan la armonía y que impidan sorprender a la persona para la que va destinada la composición.
  • Equilibrio. Se divide en dos: el físico, entre el material a utilizar y su envase, y el visual, entre ambas mitades de la composición. A su vez, el equilibrio en el diseño floral puede ser: simétrico, es decir, se materializa cuando todas las partes del arreglo comparten el mismo peso. O, por el contrario, asimétrico: irregular a ambos lados del eje central, pero a simple vista no se aprecia la diferencia.
  • Ritmo. Se denomina así al orden al que se recurre para conseguir un patrón visual específico que ofrezca sensación de movimiento.
  • Repetición. Reiterando el mismo color, forma o tipo de flor es posible engrandecer el resultado de cada creación. Además, se obtiene una impresión visual mucho más intensa.
  • Variedad. A mayor número de componentes, mayor será el interés en la persona que vea el arreglo. Aporta estilo y evita caer en el aburrimiento visual.
  • Contraste. La generación de diferencias visuales se consigue empleando distintos colores o variaciones de estos en altura.
  • Punto focal. Es el eje visual al que mirará la persona para la que se produce el arreglo. Resulta imprescindible que se convierta en el nexo de unión de todos los componentes desplegados.
  • Centro de interés. Se sitúa en la parte más cercana al borde del envase utilizado. Lo natural es observar una composición de arriba a abajo, siendo esta última parte la que culmina el efecto visual deseado.

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Competencias básicas de un florista profesional

Si quieres abrir tu floristería, o trabajar en una, deberías adquirir las siguientes competencias:

  • Nociones de gestión de tu negocio. Recuerda que deberás realizar los pedidos, controlar tu almacén y abonar los impuestos correspondientes.
  • Mantener el género siempre en perfecto estado. Deberás regar, cortar, limpiar y preparar las plantas para su venta y exposición.
  • Estar al día de las últimas novedades de tu sector. Cada nuevo producto representa una puerta abierta a los beneficios. Elige aquel que mejor se adapte a tus características y que te resulte más rentable.
  • Tener la capacidad de poner un precio a tu trabajo. Recuerda incluir el coste de la materia prima, de las horas de trabajo y los gastos generados.
  • Ofrecer diseño y arte floral. Resulta conveniente que sepas tanto diseñar composiciones sorprendentes como ser capaz de ejecutarlas. De ti dependerá seleccionar el tipo de flor, follaje, plantas o envase más adecuados para cada trabajo. Como habrás comprobado, este apartado y el anterior son inseparables.
  • Disponer de un equipo que te ayude con los encargos más exigentes. Una boda, una primera comunión o la decoración de cualquier evento son una oportunidad única. Aprovéchala contando con el apoyo de tu equipo.
  • Asesorar al cliente. Ser profesional no significa dirigir la compra hacia lo que más te convenga. Más bien, se trata de personalizar al máximo el trato con el cliente. Cada persona requiere algo específico. En este punto reside la importancia de disponer de un género variado que te permita amoldarte a cualquier petición o necesidad de tu clientela.
  • Enseñar tu trabajo. Hazlo en el escaparate de tu tienda, en redes sociales o donde estimes oportuno. Debes exponerte a las críticas para conocer qué opina un posible comprador de tu oferta. Realiza presentaciones públicas y solicita la opinión de los asistentes.

Competencias avanzadas del florista

Recuerda que debes ir siempre con los tiempos y proporcionar propuestas relacionadas con las últimas tendencias. No en vano, una floristería es un comercio tradicional, pero no ha de ser nunca antiguo. No dudes en asistir a cursos de formación periódicamente para actualizar tus conocimientos. Revisa al detalle cada encargo para que el resultado sea excelente.

Y, sobre todo, pon a prueba tu creatividad en cada trabajo. No dejes nunca de investigar para lograr la fórmula perfecta que te permita crear algo totalmente distinto. Emplea flores desconocidas y apuesta por gamas cromáticas diferentes, así como por floreros o recipientes elaborados específicamente para ti.

Se trata, en definitiva, de ofrecer desde lo más clásico a lo más renovador. Cada composición será un fiel reflejo de tus dotes artísticas. Igualmente, estarás comercializando plantas, flores, colores, fragancias y vida.

Si cada vez que vas a una floristería te sorprendes con la habilidad del profesional que te atiende, no lo dudes. Quizá te puedas dedicar a un sector que ha sabido renovarse adecuadamente a los cambios del mercado.

Ahora que sabes qué es el diseño floral y como ser florista profesional, quizá entiendas mejor el trabajo de los floristas. Detrás de cada ramo o centro de flores hay una labor que ya puedes valorar. La unión de la creatividad con la pasión por una profesión y las ganas de agradar al cliente son su seña más distintiva. De ti depende convertirte en un florista profesional, que marque tendencia.

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