La soldadura es un proceso de fabricación que te permite unir dos o más materiales para ensamblarlos. Para ello, se utilizan metales o plásticos que son fundidos con el calor y sirven de masa de unión que, cuando se enfría, fija a la perfección cualquier objeto a otro. Ahora bien, existen diferentes tipos de soldaje, entre ellos la soldadura eléctrica. Es una de las más comunes y fáciles de utilizar, por lo que en este post te explicamos más sobre ella, así como las ventajas y usos que tiene.

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¿Qué es la soldadura eléctrica?

La soldadura eléctrica es la más utilizada en los últimos tiempos y también se la conoce como soldadura de resistencia. Genera calor mediante un procedimiento termoeléctrico. La corriente eléctrica pasa a través de las piezas que se desean ensamblar y las calienta hasta que terminan juntándolas. Cuando apartamos el foco de electricidad, las piezas se enfrían, solidificándose y quedando fusionadas.

Ventajas de soldadura eléctrica

Los equipos que suelen utilizarse para esta soldadura se pueden encontrar en cualquier lugar, puesto que son muy habituales. Los podemos comprar en ferreterías o grandes superficies comerciales. Además, suelen tener un precio más económico que los aparatos que se utilizan para otro tipo de soldaduras.

Esta técnica de soldar es muy fácil de utilizar frente a otras, como la de gas o forjado. No genera ninguna llama y se puede emplear, tanto en espacios cerrados como en abiertos. Además, los resultados son óptimos y resistentes, con una durabilidad comprobada.

Las soldaduras se hacen a gran velocidad, sobre todo en chapas finas de acero. Esto reduce el tiempo empleado y minimiza los costes. Tampoco es necesaria una preparación anterior de los bordes, como sí ocurre con otros procedimientos.

Tipos de soldadura eléctrica

La soldadura es todo un terreno amplio y fascinante, si te sumerges en él y pretendes llevar a cabo esta práctica de manera especializada y profesional. Hay una gran variedad que se refleja también en la soldadura eléctrica, de la cual derivan otros tipos, como la soldadura eléctrica por resistencia, de estaño, de electrodos o de arco sumergido.

Cada una de estas especialidades tiene un soldador específico con el que se realiza la soldadura: de electrodos, eléctrico de estaño, por resistencia, de arco sumergido o de arco con electrodo. Los acabados que dejan este tipo de soldadores son muy buenos y estéticos, ya que actúan con una gran precisión.

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¿Cómo se realiza una soldadura eléctrica?

En primer lugar, elige el soldador eléctrico adecuado, según el tipo de material que vayas a unir. Esto es fundamental para que la pieza quede bien. Enciende la máquina y fíjate bien en sus características y en el lugar donde se sitúa la rueda donde se regula el electrodo.

Para la soldadura, hay que mantener la altura correcta, unos dos o tres milímetros como máximo sobre el material que queremos soldar. Eso lo irás viendo, a medida que comiences el proceso. Recuerda que la práctica hace al maestro. Utiliza siempre una pantalla para la soldadura. No es que sea necesaria, es imprescindible. De esta forma, verás cómo estás realizando el trabajo sin que dañes tus ojos. Si eres un principiante, es obligado que te la pongas, independientemente del tipo de soldadura que estés haciendo.

Al principio, procura siempre mantener una corriente no demasiado alta, por lo menos hasta que te habitúes a la pieza y a lo que quieres hacer. Por otro lado, tampoco debe ser demasiado baja. Una velocidad de desplazamiento muy lenta o muy rápida conlleva también errores que afectarán al diseño del acabo.

Los consejos anteriores te serán muy útiles siempre que vayas a realizar cualquier soldadura. Ten siempre en cuenta que debes ser muy cuidadoso. Aleja tus manos o cualquier otra parte de tu cuerpo para evitar la abrasión. Si lo ves conveniente, realiza una prueba en alguna superficie antes de realizar el trabajo. Así te habituarán al soldador y realizarás el trabajo con mayor precisión. Ponte manos a la obra y disfruta de la soldadura.

Tipos de soldaduras: cuáles son y para qué sirven