Si tienes la intención de tener un perro, antes debes saber que hay unas normas de obediencia canina básicas para conseguir que te haga caso y cumpla ciertas órdenes que le des. Por ejemplo, que venga cuando lo llames, se siente, se eche o que camine a tu lado y al mismo ritmo. Por lo que, si quieres saber cómo hacerlo y la importancia que tiene trabajar la obediencia en perros, sigue leyendo.

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¿Qué es la obediencia canina?

En la actualidad, la obediencia canina se está volviendo cada vez más importante, ya que nos preocupamos por la educación y el bienestar de nuestros perros. Ahora bien, ¿qué tiene que ver el comportamiento canino con su confort? Pues que uno de los objetivos de este proceso es conseguir que nuestro amigo de cuatro patas respete a las personas y a los otros perros, que pueda ir sin correa, correr, divertirse e ir libre de una forma segura. Por tanto, la obediencia canina se basa en una serie de técnicas y métodos a través de los cuales podemos educar a nuestro perro.

Por otro lado, obediencia del perro se trabaja a partir de una serie de niveles, que deben alcanzarse poco a poco, empezando por las técnicas de obediencia básica. Esta se compone de una serie de órdenes con las que hacemos más sencilla la vida cotidiana del perro. Por ejemplo, se incluyen ejercicios como: sentarse, caminar al lado, echarse o acudir a la llamada del dueño cuando se diga su nombre.

Aplicación de la obediencia básica canina

Aunque no seas especialista en este ámbito y no sepas cómo adiestrar un perro, puedes aprender una serie de técnicas y órdenes de obediencia canina básica a partir de refuerzos positivos. Estos refuerzos positivos son considerados la mejor opción para enseñar a un perro, ya que se trata de premiarlo cuando lo haga correctamente, sin necesidad de castigarlo ni aportarle nada negativo.

Caminar al lado

Cuando el perro es inquieto y juguetón, su comportamiento tiende a ser nervioso y quiere ir más rápido que nosotros, por lo que acaba tirando de la correa y haciendo incómodo el paseo. Si esto ocurre, no olvides de tirarle ligeramente de la correa para que se coloque a tu lado, repitiendo este gesto para que vaya con calma y premiándolo por seguir a tu lado.

Venir

Son muchas las personas que tienen miedo o sienten inquietud a la hora de soltar a su perros, ya que no sabemos si va a volver o va a prestarnos atención. Para que eso no te pase, tienes que enseñarle a volver cuando le llames por su nombre (se recomienda practicarlo, sobre todo, desde cachorros). Al final, después de repetirlo con constancia, el perro acabará obedeciendo y podrás premiarlo.

Sentarse o quedarse quieto

Al entrar a lugares concurridos (como en el metro de algunas ciudades) o cuando tenemos visita, necesitamos que el perro se siente y esté tranquilo, pero no siempre nos hace caso. Pues bien, colócate delante de él, extiende la palma de la mano y dile “quieto” hasta que se quede inmóvil. Aléjate de él y asegúrate de que se queda ahí, si no lo hace, vuelve a repetirlo. Con el premio, el perro recuerda que al hacer esa acción obtendrá una recompensa.

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Algunas conductas caninas que deben corregirse

Al igual que en el ser humano, la personalidad y conducta de los animales se forma durante la infancia. Y la educación está estrechamente relacionada con ello. Por lo que, desde cachorros, es muy importante educar y trabajar la capacidad de aprendizaje de nuestro perro.

Hay ciertas conductas que pueden generar malestar, tanto en casa como en la gente que nos rodea. También hay otras que no se detectan hasta entrada a la edad adulta. Así que las problemáticas más comunes son:

  • Ansiedad por separación: algo que puede volverse muy incómodo para la persona y sus vecinos, ya que el perro ladra, rasca puertas y llora cuando el dueño no está en la casa. Para esto, hay que acostumbrar al perro a estar solo y tranquilo. Intenta proporcionarle un lugar en el que se sienta seguro y juguetes para que se entretenga. Si el problema persiste, contacta con un adiestrador de confianza.
  • Miedo a perros, lugares, personas o cosas: más frecuente de lo que pensamos en perros que han padecido maltrato. Dependiendo de la situación habrá que aplicar unas técnicas u otras, pero lo más importante es recordar que no hay que forzar al animal a enfrentarse a su temor, sino que hay que avanzar con tranquilidad, confianza y enseñarle poco a poco a no asustarse, acompañándole. Descubre aquí la importancia de la socialización canina.
  • Hace sus necesidades en la casa: uno de los motivos principales que requieren de educación en los perros. Para evitarlo, comienza a poner papel de periódico o empapadores en los lugares donde haga sus necesidades. Intenta sacarlo a la calle a una hora fija y mínimo 3 veces al día. No le regañes, pues eso puede producirle estrés. Es mejor que le premies y animes cuando haga sus necesidades fuera de la casa.

Es cierto que hay ciertas conductas que son fáciles de controlar o resolver sin la necesidad de un adiestrador profesional. Pero siempre vamos a recomendarte que, ante cualquier conducta extrema, ya sea euforia, miedo o inseguridad, acudas a un especialista en conducta canina. 

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Importancia del adiestrador canino y las sesiones de adiestramiento

El adiestrador canino es el profesional encargado de educar a aquellos perros que tienen alguna conducta que genera malestar o problemas serios de convivencia con los demás. El principal objetivo de los educadores caninos está en conseguir que los perros con problemas puedan aprender a su ritmo, a pesar de no haber recibido una educación adecuada desde que son cachorros. Para ello, se hace cargo de diseñar y dirigir una serie de sesiones de adiestramiento canino, que adaptará en base a las necesidades de cada perro, es decir, de forma individualizada.

Normalmente, una sesión de obediencia canina comienza con darle al perro un paseo largo, para que pueda cansarse y jugar. Después, se desplaza a un lugar tranquilo en el que no se generen distracciones. Cuando el perro haga algo adecuadamente se le premia, pero no es necesario regañarlo cuando no lo haga debidamente, mucho menos castigarlo. Estas sesiones no duran más de una hora, pues el perro puede acabar cansado, estresado y sin prestar atención al adiestrador, por lo que habría sido para nada.

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